Digo adiós sin ninguna pena

No sé si te has dado cuenta, pero desde hace un par de semanas estoy mandando más emails que antes.

No es un email diario, pero casi: estoy enviando 5 a la semana.

De lunes a viernes, que los fines de semana se descansa.

Descansas tú y descanso yo.

La cosa es que antes mandaba solo tres y mis compañeros copywriters me daban envidia.

Sí, envidia.

No por las ventas, que me iban bastante bien.

Me daban envidia porque escribir emails es un gran ejercicio.

Ya sabes: cuanto más escribes, más mejora lo que sale de tu teclado.

Y yo quiero ser cada día mejor.

Mi primera duda al hacerlo fue la misma que la de cualquiera: “¿Tendré muchas bajas?”

No te voy a engañar: sí, estoy teniendo más bajas.

Ayer tuve 6, anteayer 11, el otro 9, el otro 12…

Pero eso me hace muy feliz.

¿Por qué?

Desde que estoy en Twitter, captar suscriptores no es algo que me preocupe. Más bien es algo en lo que casi ni pienso: simplemente sucede.

Yo publico contenido, construyo mi audiencia… y ellos (tú) llegan.

Lo he dicho muchas veces: nada como Twitter para captar suscriptores.

En lo que va de mayo, estoy captando una media de 25 diarios. Y sin hacer ninguna acción especial ni usar estrategias.

Eso suma 750 si se mantiene durante 30 días.

¿Entiendes por qué no me preocupan las bajas?

Me alegran porque entre tanta gente es imposible que todos sean potenciales clientes o compradores. Y quien no lo es no me interesa.

Así que voy a seguir mandando 5 emails a la semana.

Aunque a veces me cueste.

Esto de mandar emails es una maravilla.

Y los resultados acompañan: esta semana he vendido 4 infoproductos.

Así que cuanto más escriba y mejor escriba, más venderé. Eso lo tengo claro.